
Así mismo en un gran número de casos, debe asumir el cuidado de padres o suegros; no olvidemos que nuestro mundo está envejeciendo con su consecuente influencia sobre la estabilidad familiar de primer grado y los reajustes que ésta debe hacer para subsistir.
A todo esto hay que añadirle el flagelo del maltrato, que aunque viejo, recobra energía en nuestro país a causa de la alienación que produce la falta de trabajo, el acceso a las drogas y la ausencia de preparación existente para el desarrollo de la vida familiar.
Por tanto dejémonos de análisis y pasemos a la acción, proveyendo a nuestras mujeres de herramientas que las ayuden a sobrellevar estas cargas, que en la mayoría de los casos, por falta de preparación, les están produciendo estrés, depresiones, enfermedades de tipo psicosomático, frustracion espiritual y abandono de sí mismas, incapacitándolas para ser efectivas en sus responsabilidades fuera y dentro de la iglesia.
Soy consciente de que desde la Junta Directiva de la Unión Femenina, no podemos llegar a cada mujer de nuestras iglesias, mucho menos a todas las que nos rodean fuera, pero podemos desarrollar un sistema que las ayude y capacite beneficiándose ellas mismas primeramente, para más tarde ser también capacitadoras, creando una red de efectividad paliadora de necesidades y proveedora de recursos efectivos.
(Extraido del "Proyecto de trabajo para las Mujeres Bautistas de España" palabras de Asun Lendínez, Presidenta de las Mujeres Bautistas de España desde 1998 a 2002. En la actualidad es pastora de la I.E.B. de Elda)